TREN DE IDA Y VUELTA.

El tren lluvioso de la sangre suelta. / El frágil tren de los que se desangran. / El silencioso, el doloroso, el pálido. / El tren callado de los sufrimientos. / Silencio…” (Miguel Hernández, El hombre acecha, 1938).

“Diez horas, veinte horas… Un día, dos días… Cuando tienes la certeza de que vas a morir solo te quedan los recuerdos y un puñado de lágrimas”. Así comienza el libro Tren de ida y vuelta, del periodista y escritor Mariano Vara, una biografía novelada del poeta Miguel Hernández: un homenaje a su vida, a su trayectoria poética, a esos trenes en los que viajó lleno de esperanza, pero también, en muchas ocasiones, como viajero que se aproximaba a un futuro aciago; una historia desgarradora, emocionante y llena de humanidad del hombre que vivió intensamente, que abrazó sus ideales con ardor y pesimismo, del poeta destinado a ser cabrero como su padre y su hermano, pero al que su amor por la cultura y por los escritores con los que tuvo contacto hicieron que cambiara el rumbo inicial de su vida, añorando tiempos mejores y cultivando una poesía popular que soplara y alentara los ánimos de los años treinta como bien reflejara en su poemario Viento del pueblo.

En los trenes de ida y vuelta, Miguel Hernández añoró a su mujer Josefina Manresa, lloró la pérdida de su primogénito, vivió con angustia los años de la Guerra Civil, viajó lleno de pena, acuciado por la enfermedad, sufrió el olvido de quienes lo abandonaron a su mala suerte, escribió poemas llenos de valor y dolor, y se enfrentó a una España que se precipitaba hacia el desastre, manteniéndose firme en sus ideales, sin traicionarse a sí mismo y prediciendo todo lo (terrible) que le podía ocurrir. Sobre raíles viajó a Alicante para encontrarse, por primera vez, con “algo que solo había conocido en muchas de las poesías y novelas que había leído: el mar”, y poder así sentir la belleza al contemplarlo “desde el tren, a lo lejos, como un inmenso pañuelo azul que unía el cielo con la tierra”.

En tren viajó hacia Madrid en 1931, ciudad en la que conoció, en sus repetidas estancias, a eminentes intelectuales, políticos y escritores de la época como Luis Rosales, Vicente Aleixandre, José María de Cossío, Ernesto Giménez Caballero, Pablo Neruda, José Bergamín, María Zambrano o Maruja Mallo, aunque también descubrió “la fría luna de una ciudad inhóspita en la que tal vez había depositado demasiadas ilusiones”, lejos de su Orihuela natal a la que regresó en 1937 con motivo de su enlace con Josefina para irse juntos a Alicante en su luna de miel: “Noche de amor y palabras tiernas. Noche de versos sin palabras. Noche de caricias que resumían toda la poesía del universo…”, aunque su matrimonio tuviera que volver a celebrarse el mismo mes de 1942 en el que Miguel Hernández acabaría muriendo.

“Y otra vez el tren convertido en fábrica de ilusiones, en camino hacia la libertad contradictoria”, hacia una prisión liberada, real y metafórica, en un “viaje extraño en el que se podía escuchar casi el silencio. Un viaje de ojos tristes llenos de desilusión, de muchas ilusiones perdidas para siempre”, “que es como morir lentamente”. El poeta, apodado el Cabrerito en su infancia, luchó contra las injusticias del momento y jamás renegó ni de su pasado ni de sus ideas, aunque supuestos amigos, como Luis Almarcha, le aconsejaran lo contrario, tal vez viéndose tempranamente muerto, quizás entendiendo que lo que los otros temían fueran “las ideas, mucho más que las pistolas”, pues “la cultura es la llave de la libertad”.

Tren de ida y vuelta debería leerse en las aulas, en los parques, en las estaciones, en las cafeterías…, en los momentos de transición, de espera, de inquietud, de desilusión…, hoy y siempre. El libro representa un sentido homenaje hacia el poeta oriolano, hacia la metáfora del tren como transitar vital y punto de origen y de destino, de salida y de llegada, bajo la sutil, emocionada y rigurosa escritura del periodista y escritor Mariano Vara, fallecido en 2019, quien también realizó un excelente documental para la televisión pública española con motivo del 75º aniversario de la muerte de Miguel Hernández, y participó en la divulgación del itinerario cultural, turístico y medioambiental, con recorrido entre Orihuela y Alicante, bajo el título de la Senda del poeta, dirigiendo su grabación y acompañando a los caminantes.

Invitamos a nuestros lectores a leer los versos de Miguel Hernández, a homenajearlo a través de la lectura de la novela Tren de ida y vuelta, de Mariano Vara, el periodista y escritor que tanto admiró y se interesó por la figura y obra del poeta de Orihuela.

Tren de ida y vuelta. Mariano Vara. Algar Editorial. 2010. 240 páginas.

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