«Nunca pensó que se pudiera tener tanto miedo. Que su mundo pudiese desmoronarse en cuestión de segundos».
Nagore Suárez es una escritora Millennial, es decir, pertenece a esa generación ¿de jóvenes? nacida entre 1981 y 1996: «éramos unos buenos para nada que habíamos crecido pensando que éramos especiales. El eterno prejuicio con la juventud». Estudió Periodismo y Arqueología y Antropología Forense. Recibió el Premio del Público y Premio Corte Inglés al mejor hilo de Thriller y Misterio por El ángel de la guarda, publicado en Twitter, que comienza cuando la narradora descubre que el único ejemplar que existe de un libro nunca ha sido devuelto a la biblioteca que lo prestó y que su propio autor también lo está buscando. Un misterioso carrete fotográfico sin revelar y un asesinato se cruzarán en su investigación. La convocatoria de #FeriadelHilo. II Certamen de Tuiteratura, organizado por la misma red social en 2019, animó a Nagore a lanzar otra propuesta literaria, con «un hilo en forma de Cluedo», relatando la desaparición de Andrés y la búsqueda de sus amigos por hallar la verdad de lo ocurrido, una historia que contó con las ilustraciones de Verónica Ratero y que logró más de un millón y medio de impresiones.
En 2020 publicó su primera novela, La música de los huesos, a la que siguió El ritual de los muertos, en 2021. La protagonista de ambas novelas, Anne Aribe, decide dejar su trabajo en una agencia de comunicación en Madrid, para trasladarse a vivir a la Ribera Navarra, en concreto, a la casa indiana de su abuela Leonor, la conocida como Casa del Mexicano, construida gracias a la fortuna amasada en América por su trastatarabuelo, José Arizmendi. Es en su pueblo de la infancia y adolescencia, donde se reencuentra con su propio pasado y conoce la historia de Marga, su madre, médico en el Hospital La Paz de Madrid y cooperante en Médicos Sin Fronteras. Amigos y familia parecen esconder secretos que obligan a Anne a desconfiar de todos ellos: de Abel Arbaiza, el bodeguero que persigue aquello que Anne no puede darle; de Paloma, la que aún se cree una adolescente; de Gabriel Palacios, el subinspector de la Policía Foral de Navarra con quien Anne no consigue conectar…
Personajes y espacios comparten protagonismo con el tiempo −el pasado y el presente−, porque el futuro es impensable cuando piensas que podrías «bailar siempre, bailar hasta que se acabara el mundo». Por ello, la música también tiene un papel principal en las narraciones de Nagore Suárez. Letras de canciones y cantantes y grupos como Scorpions, Florence + The Machine, Van Morrison, Extremoduro, Pink Floyd, Led Zeppelin, Sidonie, La oreja de Van Gogh, Tequila, Cariño o Carolina Durante nos acompañan en nuestro baile, en la lectura, pero también cuando la música deja de sonar, cuando hemos de bailar solos, cuando la vida nos empuja o nos pisa y nos damos cuenta de que «no tengo treinta años / y ya estoy casi roto / apenas siento algo / tal vez me sienta solo», apurando los momentos intensos «como si fueras a morir mañana», perdidos y sin rumbo, pues quién no se ha sentido «aquí en mi casa, tan aburrido / que ya no sé lo que hago ni tampoco lo que digo. / Lo que necesito es un trago, para poderme estabilizar».
La propia escritora ha respondido, en exclusiva, a las siguientes cuestiones que desde La tinta le hemos planteado:
– Nagore, ¿qué es la Tuiteratura? ¿Qué tiene de especial ese tipo de escritura?
Este término hace referencia a las creaciones literarias que nacen en el medio de Twitter. Este tipo de historias se adaptan al formato de este medio: son generalmente breves, permiten interactuar con los lectores e incluir recursos audiovisuales, entre otras cosas.
– ¿Por qué son tan importantes las redes sociales de los escritores en el mundo editorial actual?
Las redes sociales han ganado gran relevancia en todos los ámbitos y el mundo editorial no se queda atrás. Son una herramienta muy útil para la autopublicación o para interactuar con los lectores.
– ¿Por qué en tus narraciones, en especial en tu primera novela, tienen un papel tan relevante la música, las letras de canciones, los grupos…?
En La música de los huesos se narran dos historias en diferentes líneas temporales y existe un festival de música llamado “Milenio” que actúa como hilo conductor entre estas dos narraciones, por lo que la música tiene un papel muy importante. Además, me sirvió para ambientar los diferentes momentos temporales.
– En tu primera novela, además de esa atmósfera tan especial que se crea gracias a la música, los lectores también llegamos a familiarizarnos con drogas de diferente tipo –el estramonio, la belladona, el kratom, la ayahuasca, el éxtasis, la marihuana−, conectando, además, dos veranos, el de 1978 y el de 2018, y compartiendo con la protagonista esa dualidad entre sentirse bien consigo misma y la atracción que siente por Gabriel Palacios, el subinspector de la Policía Foral. Siempre funciona la fórmula «sexo, drogas y rock and roll», ¿no?
Todo lo que se menciona tiene relevancia para la trama y refleja, además, en el caso del narcotismo o las drogas emergentes, realidades actuales. Respecto a las relaciones entre los personajes, siempre intento que sean humanos, cercanos y reales. Y en el mundo real todos tenemos dilemas, intereses románticos, problemas familiares…
– En cambio, en tu segunda novela, al narcotráfico se une la profanación de tumbas. ¿Se puede ser aún más tétrica, ideando crímenes tan espeluznantes?
En cada novela intento buscar temas diferentes que puedan resultar interesantes y atractivos para los lectores. En el caso de El ritual de los muertos tenía claro que quería una trama más oscura.
– La protagonista de ambas novelas, Anne Aribe, se enfrenta a misterios familiares y a un pasado que trastoca su presente, ¿cómo ideaste a este personaje y cómo ha evolucionado a lo largo de tus dos novelas?
Anne surgió hace mucho tiempo, cuando planificaba La música de los huesos. Quería un personaje cercano, con problemas cotidianos, pero con el que todo el mundo se pudiera sentir identificado. En la segunda novela es cierto que Anne está en un momento personal complicado y que carga con todo el bagaje de la novela anterior, ha ido creciendo y madurando.
– Las mujeres que rodean a Anne también tienen mucho peso en las tramas: su abuela Leonor, su madre Marga, su amiga Paloma, la madre de esta, Carmen… ¿Qué las caracteriza o qué une a todas ellas?
Me gustaba la idea de que hubiera muchos personajes femeninos, cada una tiene su papel dentro de la historia. Por ejemplo, la abuela Leonor no aparece mucho, pero es fundamental para entender el vínculo de Anne con el pueblo, Paloma es impulsiva y precipita muchas situaciones… creo que al final todas encajan y evolucionan juntas.
– ¿Qué tiene el paisaje de Navarra de especial para ambientar este tipo de thrillers?
Es una pregunta que me hacen mucho. En mi caso tiene que ver con mi conexión con el lugar, parte de mi familia es de allí y es una zona con la que conecto mucho y que conozco muy bien.
– ¿Habrá continuación de ambas novelas?
¡La respuesta está en la última página de El ritual de los muertos!
– ¿Podrías adelantarnos algo de tus próximos proyectos?
Estoy trabajando en varias cosas que espero que vean la luz pronto, pero puedo adelantar que ¡seguiré escribiendo!
Desconcertantes, trepidantes y repletas de misterios que resolver –o no−, pues «ni contigo ni sin ti, / tienen mis males remedio. / Contigo porque me matas, / sin ti porque yo muero», Nagore Suárez ha logrado con ambas novelas convertirse en una de las escritoras más reconocibles del thriller nacional, aunando la novela policiaca con los crímenes más estremecedores.
Animamos a nuestros lectores a descubrir las novelas de Nagore Suárez para buscar las letras de las canciones escondidas en las tramas y para bailar cuando «Ain’t no sunshine».
– La música de los huesos. Nagore Suárez. Barcelona. Ediciones B. 2020. 410 páginas.
– El ritual de los muertos. Nagore Suárez. Barcelona. Ediciones B. 2021. 222 páginas.