ESPERANDO A… JAVIER BERMEJO.
«Este es un oficio de resistencia y subsistencia. Sobrevivir ya es el éxito».
Dos actores está protagonizada por los leoneses Miguel Barajas y Ricardo García, una compañía leonesa, Esparabán Teatro, y un director leonés, nacido en Sahagún, para más señas, como es Javier Bermejo, que está haciéndose un nombre más allá de nuestras fronteras provinciales.
Javier ha recorrido festivales de teatro de reconocido prestigio como Almagro (donde obtuvo Mención Especial), Olmedo, Olite o Feten. Ha realizado diferentes giras nacionales −incluida “Las huellas de la barraca 2010”, promovida por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales−, e internacionales que le han llevado a países como México, Marruecos, Croacia y Portugal. Además, también ha participado en los largometrajes Poveda, Santarrostru, Red de Libertad, Media Hora (y un epílogo), en la película-documental 400 años de la Dulce Nombre, así como en numerosos cortometrajes, que han sido presentados en festivales como la Seminci, Cannes, Aguilar de Campoó o Astorga. Ha trabajado con las compañías Corsario y Quimera, con directores como José Carlos Plaza y ha actuado, junto a Ana Belén y Lluis Homar, en la obra Antonio y Cleopatra de William Shakespeare, en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, en julio de 2021.
También ha recibido, entre otros galardones, el de Mejor Dirección en el XI Certamen Regional de Teatro de Castilla y León (2016), Mejor Actor en el XXV Certamen de Teatro de Carrión de los Condes (2018), Mejor Actor de Reparto y Mejor Dirección en el XXVI Certamen de Teatro de Coria (2018). Ha sido candidato al Goya Mejor Actor de Reparto en 2017 y 2018, por Poveda y Red de Libertad, y Mejor Actor Revelación en 2019 por Media Hora (y un epílogo).
Dos actores, estrenada en 2018, nos habla, precisamente, del oficio de actor, de dos comediantes, que llevan cuatrocientos años haciendo teatro y trabajando juntos.
– Háblanos del trabajo de tus Dos actores, Miguel Barajas y Ricardo García.
Hablar de Miguel y de Ricardo es hablar de dos actores con mayúsculas. En los ámbitos del teatro y del cine, son referentes leoneses de su generación, profundamente queridos y admirados por sus paisanos, que personifican la entrega por este oficio.
Dos actores es su obra perfecta: son dos cómicos que llevan la pasión por el teatro dentro y que viven sus miserias y sus éxitos. Son ellos mismos, un prodigio de humanidad y de arte en el escenario. Sencillamente, lo viven y, cuando una persona lo vive, ahí está su lugar, en el escenario. Y el escenario es su hábitat.
– ¿Quiénes forman Esparabán Teatro?
Lo formamos los tres. La necesidad de trabajar juntos fue la excusa perfecta para fundar Esparabán Teatro y poner en marcha Dos actores.
– ¿Cómo has afrontado la dirección de la obra, el estar al otro lado?
Mi pasión es actuar, es decir, ser actor, pero también me emociona trabajar la interpretación desde el otro lado: ayudar al actor a activar los mecanismos necesarios para abrazar su personaje. Los tres queríamos trabajar juntos y yo asumí la dirección de la obra. Siempre afronto mis proyectos con ilusión, pero dirigir implica más responsabilidad que la actuación, me estresa más y me frustra más. Hay algo de responsabilidad absoluta sobre el «todo». Y eso pesa y motiva a partes iguales.
– ¿Cuánto influye lo mediático o lo popular en un teatro de ciudad y en el teatro, en general?
Influye más de lo debido. El poder de los medios no lo podemos negar, hay que asumirlo. Pero si lo mediático o lo popular llega respaldado de un buen hecho teatral, realizado con trabajo, criterio, respeto y un buen texto, pienso que no hay nada que objetar. El problema serio es esa parte de público que solamente se acerca al teatro a ver caras conocidas, sin importarle el teatro lo más mínimo.
– Siempre has demostrado mucho arraigo a la tierra. ¿Qué te aporta Sahagún, León, esta tierra en tu oficio?
Tengo la sensación de que me aporta lo que tiene esta tierra en sí. Es una tierra llana, sencilla, rica y productiva. Eso me aporta franqueza, calma, tranquilidad, entereza y una perspectiva de un horizonte llano también.
– ¿La cultura sigue estando en un plano muy secundario?
Mucho, demasiado. El teatro no produce un movimiento de masas, si lo hiciera, el mundo no funcionaría tan mal como funciona. La solución depende de la educación, pero no de una educación basada solamente en el conocimiento, sino de una educación que cultive el alma, la sensibilidad, la empatía y respeto al prójimo. La solución no es fácil: las circunstancias hablan por sí solas y nos hemos complicado aún más la vida en estos últimos tiempos.
– ¿Qué te ha aportado la experiencia teatral vivida en otros países?
De Rusia y México, he aprendido la admiración y el respeto absolutos por sus artistas. De Croacia, me quedo con la importancia del buen teatro para niños, que es el espectador del futuro; de Marruecos, con la necesidad imperiosa de la cultura, la expresión humana.
– ¿Qué presente y futuro tienen las compañías teatrales castellano y leonesas?
Imagino que incierto y preocupante, pero como ha sido siempre en nuestra tierra y en el resto del país. Este es un oficio de resistencia y subsistencia. Sobrevivir ya es el éxito.
– ¿Qué es la Submarina? ¿Qué supondrá para León, en un futuro inmediato, tener la primera compañía profesional de teatro?
La Submarina es un proyecto de presente que marcará el camino hacia la profesionalización. En León, ha habido más compañías profesionales de teatro, pero en el ámbito del «teatro de texto» creo que no. Personalmente, pienso que tiene que suponer algo relevante en nuestras vidas. Suponiéndolo primero para nosotros será más fácil que lo suponga para la ciudad y la provincia. Ojalá.
– El próximo 26 de mayo actuarás en el Auditorio Ciudad de León, para representar al doctor Burgueño en Las guerras de nuestros antepasados, de Miguel Delibes. ¿Qué te ha aportado este personaje a tu carrera teatral?
Es una obra de plena actualidad, más que recomendable. Delibes fue un adelantado a su tiempo y me ha reforzado la idea que ya tenía sobre las guerras, sobre los referentes paternos, el papel de la mujer, la sensibilidad en el hombre, la normalización de la violencia…
Mi personaje es el conducto para que el protagonista nos muestre sus grandezas y sus miserias. El doctor Burgueño es un hombre joven que cree que aún puede cambiar el mundo, mejorar la vida de los demás, salvar vidas, con las aspiraciones y objetivos profesionales intactos. Por ahí lo he enfocado. Como actor, ha supuesto un ejercicio diario, intenso e interesante de entrenamiento de la escucha en escena. Impagable.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
El proyecto más inmediato y en el que estoy trabajando ahora mismo es en la dirección del próximo espectáculo de La Submarina. Hasta aquí puedo leer.
– Muchas gracias, Javier.
A vosotras. Ha sido un placer.
* Imagen de portada: detalle del cartel de la obra de teatro Dos actores, dirigida por Javier Bermejo.