«Cuando todos los planes se desmoronan, cuando se termina el amor y comprendes que ya nada será igual, comienzas un discreto viaje hacia el abismo. Es una caída imparable y silenciosa» (Lo que la marea esconde, María Oruña). 

María Oruña es una escritora que “lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, siguiendo la máxima cervantina. Durante diez años ejerció como abogada laboralista y mercantil, mundo que plasmó en su primera novela, La mano del arquero (2013), con una trama centrada en el acoso laboral y el abuso de autoridad. Puerto escondido (2015), Un lugar a donde ir (2017) y Donde fuimos invencibles (2018) supusieron su debut y posterior consagración en el género negro. A esta trilogía siguieron obras como El bosque de los cuatro vientos (2020) y Lo que la marea esconde (2021), su última novela publicada en la que reaparece la teniente de la Guardia Civil, Valentina Redondo, una mujer que solo agotando su cuerpo puede dormir cada noche «cuando su alma está por fin derrotada, al otro lado del cansancio», pues siente que «cuando alguien querido muere, no solo la tristeza nos inunda. Es la desesperanza la que nos desviste, la que nos tumba, pues sabemos que ya todo es irremediable».

Valentina Redondo, perfeccionista y obsesionada con el orden y la puntualidad, para quien «tener excusa no es lo mismo que tener justificación», racional y apasionada, que convive con «una tristeza degenerada, una costumbre de dolor, un estado insoportable de sufrimiento habitual», tendrá que enfrentarse a ella misma y a sus propios miedos e inseguridades para resolver un crimen, en apariencia insoluble, que ha tenido lugar en la bella ciudad de Santander, una urbe envuelta en dos colores: «el azul del mar, presente por todas partes; […] y el verde de los prados, extensos y tremendos». Mujer y ciudad comparten protagonismo en la trama de Lo que la marea esconde, se complementan y comprenden. Lugares tan emblemáticos como el Palacio de la Magdalena, que le brinda la oportunidad de reencontrarse con alguien muy querido de su pasado reciente, el Hotel Real o la Dama Blanca, los Jardines de Piquío, el Paseo de Pereda, las playas del Camello, Mataleñas o del Sardinero, el barrio de Valdenoja, la bahía santanderina o la localidad de Suances están primorosamente descritos en la novela y son perfectamente reconocibles.

Viajera incansable, siempre cercana a sus lectores, La tinta tuvo la oportunidad de hablar con María Oruña en la Feria del Libro de Benavente donde elogió a los escritores clásicos que iniciaron las novelas de misterio de “habitación cerrada” y a autores como Ágatha Christie o Gastón Leroux.

– María, ¿qué es una novela de misterio?

Una novela de misterio, para mí, supone una narración en la que se suscita una curiosidad fuerte al lector, ya sea por un motivo criminal o por un hecho inexplicable. En mi caso, suele haber un crimen de por medio, que funciona más como instrumento para contar la historia que como elemento fundamental.

– ¿Cuáles son para ti las diferencias entre la novela de misterio y la novela negra?

La novela negra purista se supone que se encuadra más en el ámbito estrictamente urbano, con una denuncia social explícita y con unos investigadores normalmente torturados, solitarios o incluso alcoholizados.

– ¿Cómo crees que ha evolucionado la novela de misterio a lo largo del tiempo?

En la actualidad, la etiqueta de novela negra se ha amplificado de una manera extraordinaria, incluyendo en su cuerpo híbridos que se aproximan más al thriller histórico, científico o al crimen rural y a la novela enigma.

– ¿Cuál es el futuro de este tipo de novelas?

Desconozco el futuro de un género que abarca tantísimos conceptos, aunque creo que el misterio siempre funciona, pues la curiosidad es la que hace mover las páginas en muchas ocasiones.

– ¿Cuáles han sido tus referentes literarios y/o cinematográficos a la hora de escribir?

Supongo que yo misma y mis libros somos resultado de todo lo que nos rodea: cultura, deporte, películas, música, otros libros… Pero creo que la narrativa actual debe tener vocación literaria, y no audiovisual. Últimamente me he encontrado bastantes libros que parecía más guiones de películas que un verdadero ejercicio artesano de narrativa; se trata de lenguajes diferentes que no siempre encajan. Soy una lectora ecléctica y leo desde ensayos científicos hasta novela histórica y de misterio.

– ¿En qué elementos de la realidad cotidiana se fija una escritora de novelas de misterio?

En todo, absolutamente en todo. En la mujer que espera en el despacho de pan sin parar de hablar, en la que espera sin decir nada, en el hombre que frunce el ceño mientras revisa la vuelta que le han dado. En todo gesto y actitud y hay una historia, y solo hay que detenerse a observar.

– ¿Qué tipo de espacios te atraen para localizar sus historias?

No sigo un patrón en este sentido. Y resulta curioso, porque algunos han dicho que de todos mis libros se podría hacer una ruta turística, que es algo que no deja de sorprenderme, y eso que ya hay ruta literaria de la serie de Los libros del Puerto escondido. Me interesan lugares que tienen historia, que suponen un pálpito para mí o que se adecúan a la trama que he pensado. Recuerdo que en Un lugar a donde ir comencé la historia en una mota (base de antiguo torreón) a la que nadie hacía caso, que estaba medio olvidada en Suances y que, tras publicar el libro, recibió tal cantidad de visitas que el ayuntamiento tuvo que señalizarla. Esto muestra que no son los lugares en sí los que atraen a los viajeros y lectores, sino la historia que guardan.

– Sabemos que es importante la labor de documentación a la hora de escribir, ¿también forma parte de esa documentación visitar los lugares en los que se ambientan las historias?

Por supuesto. Incluyo esos lugares por alguna razón, no porque se trate de enclaves «bonitos» o que yo pueda considerar atractivos por algún motivo trivial.

– ¿Una característica o rasgo que defina a tus protagonistas?

Mis personajes son volubles y versátiles; procuro no construir estereotipos: el listo, el antipático, el tontorrón, la amargada… La vida real no suele ser así, y por eso mis novelas son corales: a veces destaca más Oliver, otras veces Valentina… Como investigadora tampoco es infalible ni listísima, sino persistente, y siempre necesita la ayuda de su equipo.

– ¿Es más difícil defender a alguien desde una perspectiva legal que desde el punto de vista de una escritora?

Supongo que sí. Desde una perspectiva legal si has cometido un crimen puedes tener X atenuantes, pero lo cierto es que lo has cometido y ha de actuar la justicia. Desde el punto de vista literario es exactamente igual, pero puedes adentrarte en la mente del criminal, entender por qué y para qué actuó de esa forma; nada excusa el crimen, pero muchos lectores me han dicho que mis asesinos no les caían mal, que llegaban a entenderlos. Esto es lo absolutamente terrorífico: empatizar con quien cree razonable su acción, justificado su crimen.

– ¿Por qué no planteas novelas con finales abiertos?

Porque sería hacer trampa. Si ofrezco al lector una novela, le ofrezco una historia completa, y no una a medias. Otra cosa sería que desde el principio presentase una trilogía (algo que nunca he hecho, a pesar de que muchos lectores lo creen así), en cuyo caso ya estaría diciendo que la historia solo se completaría con tres libros.

– ¿Alguna superstición a la hora de publicar un libro?

No, ninguna.

– ¿Qué papel juegan las redes sociales de los escritores en la promoción de sus obras?

Suponen un papel importante, una conexión entre el autor y el lector única, pero en la medida justa. Ni todos los lectores disponen de redes sociales ni el autor debe exponerse constantemente, en mi opinión, buscando aceptación.

– ¿En qué proyectos estás trabajando en la actualidad? ¿Nos puedes adelantar algo de tu próximo libro?

Estoy trabajando en nuevos misterios para Valentina y en otros asuntos, de los que no puedo revelar nada.

María, vamos a utilizar los títulos de tus novelas para realizar una pequeña investigación que nos ayude a conocerte mejor, ¿jugamos a los detectives?

Claro, empecemos.

– ¿Quiénes son los arqueros en el mundo laboral?

No lo sé. En mi libro La mano del arquero, el arquero se refería a la mano de una madre en la directriz de un hijo a la hora de enseñarle a ser fuerte para las curvas que vengan, que vendrán. El ámbito laboral es complejo y debemos estar preparados para caminos complejos.

– ¿Cuál es tu puerto escondido preferido?

Mi familia.

– ¿Qué lugar te sirve de refugio?

No tengo un lugar concreto. Donde se encuentre mi familia.

– ¿Cómo podemos llegar a ser invencibles?

Nadie es invencible. Podemos, sin embargo, recordar cómo nos sentíamos en la adolescencia, casi inmortales y llenos de posibilidades; es cuestión de actitud.

– ¿A merced de qué vientos nos vemos empujados en el presente?

Todo nos empuja o paraliza: la cultura, la política, los intereses parciales, los hábitos adquiridos según la época y lugar en que hemos nacido… Tendemos por naturaleza a lo gregario, a buscar la aceptación de la masa, esquivando el pensamiento crítico. Debemos cultivarlo, en mi opinión.

– ¿Hay que dejarse llevar por las mareas?

No, hay que intentar navegarlas de la mejor manera posible, sabiendo que no siempre serán amables ni tranquilas.

“La esperanza es como un susurro invisible que nos abriga en las playas desiertas, que nos ofrece una posibilidad en ese horizonte que dibuja la línea del océano. Allí […], en la línea infinita sabemos que quizás, tal vez nos espere un trozo de luz”. Agradecemos a María Oruña sus respuestas, su cercanía y amor por la Literatura, su conversación amena y tranquila, e invitamos a los lectores de leonoticias.com a descubrir los paisajes y playas cántabras y las novelas de la escritora, a ver el booktrailer de Lo que la marea esconde en nuestro blog latintaentretusdedos.com y a seguirnos en redes sociales (@tintaentusdedos), recordando que “con frecuencia, es lo que la marea esconde lo que da valor a cada nuevo latido, a la proeza de vivir”.

La mano del arquero. María Oruña. Bubok Publishing. Madrid. 2013. 299 páginas.

Puerto escondido. María Oruña. Ediciones Destino. Barcelona. 2015. 448 páginas.

Donde fuimos invencibles. María Oruña. Ediciones Destino. Barcelona. 2017. 416 páginas.

Un lugar a donde ir. María Oruña. Ediciones Destino. Barcelona. 2018. 511 páginas.

El bosque de los cuatro vientos. María Oruña. Ediciones Destino. Barcelona. 2020. 424 páginas.

Lo que la marea esconde. María Oruña. Ediciones Destino. Barcelona. 2021. 416 páginas.