«Sin oscuridad no puede haber luz. Sin luz no puede haber sombras. Sin sombras no puede haber bosque. Sin bosque no puede haber camino. Sin camino estamos perdidos».

«La muchacha del vestido amarillo tiene diecinueve años y se llama María de la Cruz Castro Varela, pero en Calixe todos la conocen como Crucita. Es la mañana de San Juan. Ese día se cumplen cuatro años desde la última vez que alguien la vio». Así nos presenta el narrador a la primera de las jóvenes que aparecen, tras una extraña desaparición, en 2019, pues la historia de la novela La cosecha pálida «no comienza con la desaparición de una chica, sino con una reaparición». «Poco después, en los bosques aparece asesinada otra chica de la zona», a la que han marcado con dos palabras en su espalda: «Mala semilla».

El autor de la novela, Josan Hatero Mosteiro, que también es guionista y profesor de escritura creativa y literatura juvenil, debutó, en 1996, en el panorama literario, con el libro de relatos Biografía de la huida o Tu parte del trato (Premio Villa de Algete de Relatos Breves, en 2003). En 1999, dio su salto a la novela con El pájaro bajo la lengua, a la que siguieron títulos como La piel afilada (un bestiario de amantes) (2010), La intimidad de los viajeros (2021) y La cosecha pálida (2022), que ha firmado como Josan Mosteiro.

En esta última novela publicada, la protagonista, Asunta Loureiro, es la periodista encargada de investigar los extraños sucesos de Calixe, su pueblo de la infancia, donde deberá enfrentarse a las habladurías y a las rencillas que concitan lo popular y lo ancestral, como la creencia en los mouros, «seres míticos que habitan los bosques locales, según las leyendas». A pesar de que está en sus horas más bajas, no duda en aceptar el reto que le propone Carmela Corredoira, apodada la Duquesa, directora de El Eco Norteño, el diario digital más importante de la región, pues Asunta es aficionada a salirse de la rutina e indagar aquello que parece secreto: «Los podcasts de misterio con el volumen bajo son perfectos para engañar a mi cerebro y conseguir dormir», tal vez para huir también de un pasado familiar demasiado triste como para enfrentarse a él: «Una vez escuché a alguien decir que llega un día en que todas las chicas deciden ser igual que sus madres o bien ser completamente lo contrario a ellas. Esa tarde, yo escogí la segunda opción. Desde ese momento, mi relación con mi padre entró en una época glaciar que ya nunca abandonaría».

Nos hallamos ante una novela que atrapa desde la primera página, en la que nada ni nadie es lo que aparenta ser. Además de Asunta, Crucita y la Duquesa, otros personajes también se hallan en momentos clave de su existencia, como Matías Hebra −el escritor de novela romántica, que firma con los seudónimos Rosalyn Parker y Rafaela Summers y que, recientemente, ha comprado una casa en la zona, a la que se ha trasladado con su sobrina Manuela, después de sufrir un «accidente» de coche−, Braulio Braña −un rico heredero de la zona−, Agripina −la entrometida prima de Asunta que ejerce de guardia civil en la localidad−, su marido Xenaro Blanco –que regenta un taller dedicado a la reparación de electrodomésticos−, Antonio Castro – profesor de Historia y padre de Crucita−, Aurelio Pontes −un guardia civil jubilado, aficionado al ajedrez−, Carlos Furelos −un médico del pueblo, al que apodan «El Ruso», por la procedencia de su mujer, Nicoleta Barbu, que, en realidad, es rumana−, o Juana Subiela y Silvina Costas –dos chicas que también desaparecen, en extrañas circunstancias, en Calixe, un pueblo que «rara vez aparecía en las noticias si no era por sus fiestas patronales o por alguna anécdota relacionada con peregrinos que hacían el Camino de Santiago».

La trama de La cosecha pálida está narrada desde diferentes voces: la del narrador omnisciente, que descubre los más terribles secretos de los personajes, y la del narrador en primera persona, que recae en el personaje de Asunta, pues, según Lorenzo Silva,  «Josan Mosteiro levanta una historia que atrapa, se desliza y se ensambla», hacia la certeza de que «una vez que se ha cruzado el límite de arrebatarle la vida a alguien, cualquier barbaridad entra dentro de lo posible, ¿no?», anticipando, además, de modo profético, que el cambio climático también puede influir en las mentes más oscuras que nos rodean: «Ayer en la radio, unos locutores, en broma, dijeron que le van a cambiar el nombre a Galicia, que después de este verano tan seco pasará a llamarse Galifornia».

Con ecos de autores de renombre dentro de la novela negra española, como Domingo Villar, Leticia Sierra, Lorenzo Silva o Carmen Mola, Josan Mosteiro se revela como una de las voces más prometedoras del panorama del thriller español, con un ritmo vertiginoso y un uso magistral del misterio y de los personajes y de sus diferentes voces narrativas, con el paisaje gallego como telón de fondo.

«¿Se puede realmente empezar de cero? No, creo que no. O, al menos, no sin perder algo de ti a cambio». Os invitamos, estimados lectores, a descubrir si ello es posible en La cosecha pálida, de Josan Mosteiro, en este final de agosto que anticipa nuevos comienzos llenos de novedades. ¡No os las perdáis!

La cosecha pálida. Josan Mosteiro. Barcelona. Roca Editorial de Libros. 320 páginas.