«Me comprometo a guardar el secreto que aquí me va a ser confiado».

«Quiero que seas tú quien, con tu magia y tus lápices de colores, llenes de vida este libro que he escrito y he ilustrado para ti». Así se inicia Fantasmas, bichos y manzanas (2022), una novela infantil, escrita por la profesora Victoria Eugenia Muñoz Jiménez, la también autora de la novela Huyendo a Granada (2021. Editorial Nazarí) –que puedes descubrir en nuestro blog latintaentretusdedos.com , en el post titulado «Tras los pasos de Bashira. Viaje literario a la ciudad de la Alhambra».

Fantasmas, bichos y manzanas es un libro lleno de «Gente extraña», como la que se encuentran dos amigos: Javi, «un niño pecoso de rizado pelo color zanahoria», y Andrés, «un niño al que sus gafas de pasta negra y su pelo moreno, que permanecía siempre de punta sobre su cabeza, daban aspecto de inteligente». Emocionados ante la posibilidad de animar los días de verano, que disfrutan en su localidad, Peñas del Condado, llenos de curiosidad y con ganas de vivir aventuras, Javi y Andrés inician la «Operación espionaje» que les llevará a «Un descubrimiento inesperado», para el que necesita la ayuda de otras dos amigas: Susana y Claudia.

Todos en el lugar se conocen y, por eso, la aparición de Noelia, una niña de su misma edad, les inquieta tanto como les atrae, al igual que la casa del viejo gruñón, que parecen haber alquilado los padres de esta niña rubia, en la que, «junto a una lámpara en estado lamentable, un reloj parado marcaba las siete y veintiocho. Hacía dos años que nadie en esa casa había necesitado saber la hora». La recién llegada, además, tiene una forma peculiar de llamar a las personas que va conociendo, pues cada una de ellas tiene un nombre, en función del olor que perciben de ellas, como si fuera «el eco de una risa» que se sigue sintiendo cuando ya ha dejado de resonar. Heno y Lápiz serán los nombres que Noelia asignará a Javi ya Andrés, respectivamente, que no acaban de fiarse de la nueva vecina, una niña rara, que «no solo se inventa nombres curiosos, sino que se deja las gafas de sol dentro de casa». Chocolate y Melocotón serán Claudia y Susana, un juicio del fino olfato de Noelia, a la que, además, le encantan los animales, «incluso los insectos y todo tipo de bichos», porque le hacen una compañía muy especial y también porque le « historias divertidas cuentan, sorprendentes o tristes, a veces», porque tiene una facultad especial, pues es «capaz de oír y entender las cosas que se cuentan los bichos y ¡ni os imagináis la de aventuras que viven!».

Es entonces cuando, dentro del argumento principal, Noelia empieza a relatar algunas de las historias que los bichos le han contado, ante sus nuevos amigos, quienes, incrédulos, no parecen estar muy de acuerdo con aquello que les va relatando, aunque pronto cambiará de cuando se dan cuenta de que lo que la niña narra, en verdad, le ha sucedido a alguno de ellos oa alguno de sus familiares. Es inevitable que estos relatos, dentro de la historia principal, nos recuerden a las fábulas de Iriarte o Samaniego, pero también a los cuentos moralizantes, que podemos encontrar en nuestra Historia de la Literatura, como el clásico El conde Lucanor , escrito por Don Juan Manuel, en el siglo XIV, con cincuenta y un ejemplo «para enseñar a quienes los oyeren», es decir, «para transmitir un mensaje moralizante al lector a través de una historia ficticia».

«¿Estás seguro de que estás preparado para seguir leyendo?». ¿Estás seguro de que estás listo para descubrir quiénes son los miembros del CAFÉ y qué son las MESAS o los FIDEOS? ¿Te atreves a realizar los «Talleres y Juegos» que la escritora ofrece al final del libro, porque cuando la historia se acaba continúa la diversión? En la última parte de la novela, se recogen varias situaciones de aprendizaje, a través de las cuales se busca trabajar las Competencias Clave relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030: «de manualidades y reciclaje, de cocina, de oficios, de teatro, de cómic, de dibujo, de cuentos, de jardinería…», y también juegos «con amigos», como el de «Ciegos y lazarillos» y «¡Te atrapé!».

Fantasmas, bichos y manzanas «no es un libro más ni un libro cualquiera», es una historia divertida que Victoria Eugenia Muñoz Jiménez nos ofrece como tributo a la infancia ya determinados asuntos que son de gran trascendencia social: la discapacidad sensorial, el respeto a los animales, la colaboración entre las personas… Te animamos, estimado lector, a descubrir que la vida siempre tenemos que mirarla con la inocencia de los niños y, de esta forma, «¡ni te imaginas lo que te espera!».

Fantasmas, bichos y manzanas . Victoria Eugenia Muñoz Jiménez. Madrid. Editorial Paulina. 2022. 184 páginas.

Huyendo a Granada . Victoria Eugenia Muñoz Jiménez. Granada. Editorial Nazarí. 2021. 306 páginas.

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