«La región leonesa está plagada de ritos ancestrales».

«Musa, la máscara apresta, ensaya un aire jovial y goza y ríe en la fiesta del Carnaval», afirmó el poeta nicaragüense Rubén Darío, si bien, «a algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino que los revelan», manifestó el «príncipe de las paradojas», Gilbert Keith Chesterton. ¿Qué es Carnaval sino un juego de máscaras, de apariencias, de engaños, de contrasentidos, de parodias que buscan ridiculizar, ocultar o, simplemente, ser lo que las apariencias quieren salvaguardar?

El ilustrador leonés Javi de Castro es el autor de las novelas gráficas Sandía para cenar (2014); La Última Aventura (2015), en colaboración con el guionista Josep Busquet; Que no, que no me muero (2016), junto a María Hernández Martí; Larson (2017) y Villanueva (2021). En 2016, además, recibió el premio Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona.

 «Villanueva ─el topónimo más común de España, con 132 localidades homónimas─ es el idílico marco en el que se desarrolla esta historia de terror rural sobre las relaciones tóxicas y la importancia de la amistad». No obstante, Javi de Castro ha recogido «los elementos canónicos del subgénero de terror conocido como «folk horror», típicos del cine británico, para llevarlos a la meseta española cediendo el protagonismo a los verdugos». Como el propio autor ha manifestado, «la región leonesa, a la que pertenezco, está plagada de tradiciones ancestrales: el antruejo y sus personajes, el ramo leonés, los hombres-musgo de Béjar, los Mayos… He querido crear mi propia mitología basada en esa realidad».

– ¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo del fanzine y del webcómic?

En realidad, cuando empecé no sabía por dónde hacerlo, escribía pequeñas historias de cuatro o seis páginas, las iba recopilando en fanzines, que llevaba a diversos eventos… Fue así como la gente, poco a poco, empezó a conocerme. Gracias a los webcómics, me hice más popular, pues el hecho de utilizar animaciones era algo bastante peculiar, especialmente hace diez años. 

– ¿Qué te supuso ser reconocido con el Premio Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona, en 2016?

Aparte del Premio en sí, no me supuso gran cosa. Supongo que fue una buena plataforma para que me descubrieran muchos lectores, pero lo cierto es que no noté ningún cambio, ni me llegaron ofertas ni se me abrieron puertas que no tuviese ya abiertas. Obviamente, fue todo un orgullo e infundió bastante presión, de cara a mis siguientes proyectos. 

– ¿Qué significó para ti la nominación a los Premios Eisner, en 2019, y a los Harvey, en 2020?

¡Fue la bomba! Son los premios más importantes del mundo y conseguí estar nominado sin haber pisado el mercado americano. Estos sí que me han abierto puertas: mucha gente me ha conocido por esta nominación. La verdad es que he conseguido más lectores por una nominación fuera de España que por un premio otorgado aquí.

– Háblanos de tus Crímenes ilustrados

Es un proyecto que surgió de Modesto García, que ya tenía esa idea y la pudo desarrollar en el momento del confinamiento. Contactó conmigo porque mi estilo encajaba muy bien con su idea y ¡fue un pelotazo! Es un juego donde, solamente con una serie de ilustraciones, el lector tiene que resolver un crimen. Lo publicamos en redes sociales y fue un éxito. A raíz de ello, nos han llamado para hacer campañas publicitarias y se ha acabado recopilado todo en un libro. 

– ¿Qué es el folk horror?

Aunque no soy un experto en la materia, el folk horror es un subgénero de terror que mezcla folklore tradicional, a menudo relacionado con tradiciones paganas de épocas anteriores a la Edad Media, con el terror. Hay muchos elementos comunes: las sociedades cerradas, las sectas, los rituales, los que vienen de fuera…, aunque cada historia tiene sus matices. 

– En Villanueva se cuenta la historia de Miguel y Ana, una pareja con deudas que espera un bebé, que se ve obligada, además, a abandonar la ciudad y trasladarse a un pequeño pueblo leonés, que ofrece nuevas oportunidades a los jóvenes que allí se establecen. Un lugar aparentemente idílico que esconde un secreto relacionado con las tradiciones más ancestrales. ¿Estamos ante una novela gráfica o un cómic de misterio o de terror?

En realidad, es un tebeo de terror −ese es el género que exploro−, pero es cierto que no da miedo, aunque el lector sí puede sentir cierta angustia, cuyo desarrollo transita por el misterio y es por esta razón por la que los lectores que me comentan que no pueden dejar de leer la obra hasta que llegan al final.

– ¿Qué papel juega el lector a la hora de interpretar las onomatopeyas, los silencios, las pausas en la tensión narrativa de tu obra?

Creo que los lectores ven más de lo que piensan. Todo es importante en una obra y el lector no necesita analizar e interpretar cada cosa. Cuanto más se madura una obra, más consciente se es de todos estos mecanismos, pero, de entrada, pueden pasar desapercibidos y no pasa nada. 

– ¿Cuánto de terror hay en la España vacía?

Probablemente, sea más terrorífico ser el último habitante de un pueblo o también el hecho de tener que abandonar tu casa o tener miedo a tropezarse y no poder pedir ayuda…. Otros autores han abordado este problema de forma realista.

– A lo largo de las ilustraciones se puede extraer una reflexión sobre el peso de las tradiciones y las relaciones tóxicas, ¿esa fue tu intención inicial? 

Sí, por supuesto, sobre todo, el tema de las relaciones tóxicas, ya que el asunto de las tradiciones no fue tan intencional, aunque, en el fondo, no deja de ser una misma metáfora, es decir, una reformulación necesaria de aquellas cosas a las que estamos acostumbrados, pero que no siempre están bien.

– ¿Qué tradiciones leonesas deberíamos conservar para las generaciones futuras?

No soy un experto, ni me he parado nunca a pensar en ello. Hay muchas tradiciones bonitas: el antruejo, los pendones… Mientras no se haga daño a nadie, física o moralmente, bien conservadas estarán.

En plena Semana Santa, estimados lectores, hemos querido volver la vista atrás y recordar el inicio del fin, aquel en el que, año tras año, don Carnal le cede el testigo a doña Cuaresma; el momento en el que lo pagano se rinde ante lo sagrado.

            – Villanueva. Javi de Castro (Autor e Ilustrador). Astiberri Ediciones. Bilbao. 2021. 160 páginas.